Lo conocí por una amiga dentro del contexto activista gordo, en su casa, una tarde dominguera comiendo Little Caesar’s y palitos con salsa Cheesy Jalapeño. Hoy vino a mi casa a tomar Coca-Cola y maquillarse.
Activista gordo disidente sexual, transfeminista y periodista que nunca se ha logrado pensar como hombre y menos vivir bajo lógicas heterosexuales autoritarias y masculinas.
SER GORDE
“Es necesario entender que la gordura es una identidad. Es necesario entenderse gomo gordx, pensarse como gordx y vivir entendiendo los espacios que nuestros cuerpos ocupan en el colectivo; así estás consciente de lo importante que pueden llegar a ser los cuerpos que habitan en el binario o bajo la hegemonía de la belleza occidental, y de lo desastroso que puede ser para el común-pop de la gente que alguien no quiera bajar de peso o encontrarse en otros parámetros estéticos”.
MAQUILLAJE
“Los primeros labiales que ocupé eran de familiares, mi tía y mi abuela guardaban algo de maquillaje en el baño. Mi mamá nunca usó y mi hermana tampoco, entonces cada vez que estaba en sus casas aprovechaba de pasar un tiempo probando cómo se verían mis labios de otro color. Me costaba entender que si bien el sistema del maquillaje puede resultar horroroso para muchos activismos, existen fugas que permiten re-pensar los códigos de su utilidad desde una resistencia. Nosotrxs como desobedientes sexuales hemos visto evolucionar el maquillaje en los rostros de otras activistas que en la noche encuentran un micrófono para cantar lipsyncs y sobrevivir en el espectáculo de la pobreza, por ejemplo.”
FOTO
“La fotografía, por otro lado, me resulta un medio de registro ideal, rápido y oportuno para mantener en la memoria los resultados de procesos de revolución. Como dice el Colectivo Malvestidas ‘A la revolución se va bien vestidx’, y también bien maquillado, siendo insistente que el bien no tiene relación estricta con la última revista de moda de $8.000, sino que con esos lugares escondidos donde nacen todas las inspiraciones de las últimas campañas más exclusivas del mundo de la moda o el estilismo. Mi arte favorito o ese con el que me es fácil encontrarme a mí y a mis amigxs es el que nace desde la periferia. Entenderse como un cuerpo sujeto de clase permite también darse cuenta de cómo todos estos íconos de la moda nos han arrebatado, y robado para sus fines neoliberales, las creaciones culturales y artísticas que han nacido desde la pobreza y la precariedad.”
CATÁLOGO AVON
“Otro acercamiento que tuve con el maquillaje además de las revistas Avon o de ese estilo tiene que ver con el territorio en el que vivía. En Tomé, un pueblo muy conservador y religioso, las travestis estaban mal vistas, entonces se escondían y vivían entre ellas, caminaban entre ellas, escurridizas buscaban puntos estratégicos para sobrevivir de la prostitución que como hasta ahora parece ser el único camino que les dejan disponible. Pocas veces vi a una de la pandilla travesti pasar por la calle de día, eran criaturas de la noche. Cuando nos topábamos comprando pan en un minimarket podía ver en su cara la preocupación por no morir maquillada con sombra azul y labios rojos. Esos vestigios de memoria también me llevan a La Manzana de Adán, uno de los trabajos que me han resultado más significativos de la premio nacional de artes Paz Errázuriz. Entonces, encuentro en este make-up una cita a la memoria travesti chilena de población, de pueblo, de periferia, por ningún motivo a la estética centralista y globalizada de la metrópolis.”
